17/11/2021 | Blog
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17/11/2021 | Blog
Existe una infección causada por el virus llamado herpes simple tipo 1 (HSV-1) que produce lo que se le conoce como herpes labial. Ocasiona lesiones en los labios de la boca y viene acompañado de dolor intenso e inflamación; dicha infección se puede propagar a las encías, tubo digestivo superior (lengua, faringe) e incluso a la cara.
No se debe confundir con el virus herpes simple tipo 2 (HSV-2) que es el causante del herpes genital, el mismo encabeza la lista de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes en España y en el mundo entero.
Ocurre mediante el contacto directo, de persona a persona a través de la saliva y lesiones en los labios de la boca del infectado. Dichas lesiones son en un 80% visibles y en estos casos son altamente infecciosas. Cabe resaltar que no solo son contagiosas las lesiones cuando son visibles, ese 20% restante de invisibilidad no significa que estemos resguardados de adquirir el virus. Es suficiente su presencia en la saliva infectada para contagiar a una persona. Hay que tener en cuanta también que las infecciones pueden permanecer asintomáticas durante un tiempo.
Estadísticamente hablando, los adultos son más propensos a ser contagiados por el virus, mediante utensilios contaminados y/o besos. Generalmente esta infección viene de la etapa infantil, teniendo en cuenta la frecuencia con la que se lleva a la boca juguetes, utensilios, etc. que pueden no tener la asepsia que se requiere para la manipulación infantil.
Posteriormente al contagio, las lesiones aparecen de 4 a 6 días, aunque el virus tiene un lapso de incubación de 2 a 20 días aproximadamente. Puede suceder que no haya presencia de síntomas en algunas personas. Son los llamados “portadores” es decir, que tienen el virus en su sangre pero no muestran sintomatología.
Solo un pequeño porcentaje de personas que tiene el virus manifiestan los síntomas típicos de la infección, como hipertermia, malestar general, inapetencia a los alimentos, dolor de la garganta a causa de la inflamación de los ganglios que se encuentran en esa zona, gingivitis, faringitis y/o amigdalitis con presencia de secreciones purulentas. Dichos síntomas pueden tener una duración de 2 a 3 semanas y luego ceder espontáneamente. La presencia de las lesiones en los labios de la boca es evidente, su aparición trae consigo mucho dolor en la zona afectada.
A pesar que los síntomas pueden disminuir e incluso desaparecer, el virus simple tipo 1 queda en el torrente sanguíneo atenuado, es decir, como “adormecido” esperando el momento en el que el sistema inmunológico del cuerpo “baje la guardia” para aparecer y hacerse sintomático.
Los pacientes que son portadores y sintomáticos de este virus refieren que sienten una especie de “hormigueo” en el labio, lo cual les indica que pronto saldrá la lesión. La misma se presenta como una especie de burbuja de color rojizo y muy doloroso, ampliándose su tamaño y volviéndose una ampolla. La misma está contenida de material purulento (debido a la infección) que por el proceso inflamatorio se llega a reventar, formándose una úlcera. Se puede decir que esta etapa de la infección es la fase final, con el pasar de los días y con el uso de antivíricos, el virus se va mitigando, formando una costra.
Considerando que uno de los motivos más frecuentes para que el virus herpes simple tipo 1 (HSV-1) se active es que se exponga a los rayos solares de forma regular, se recomienda el uso de protector solar. Los antivíricos los atenúan. Lamentablemente no podemos inmunizarnos contra él, ya que este virus no tiene vacuna. Y especialmente, la recomendación fundamental para prevenir el contagio, es mantener una higiene bucal correcta.
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